MIERCOLES, 1 julio 2009, BUENOS AIRES. Los gobiernos de la provincia de Buenos Aires, de Córdoba y de la capital argentina, acordaron ayer sancionar la emergencia sanitaria y suspender el ciclo escolar a partir del próximo lunes, ante el avance de la gripe A, que ya causó 36 muertes y más de 3 mil casos detectados, aunque “por ahora” no se suspenderán las actividades con concurrencia masiva.
Los reiterados pedidos para que el gobierno de Cristina Kirchner declarara la emergencia en todo el país habían caído en saco roto. El primero en declarar la emergencia fue el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, luego que a su ministro de Desarrollo, Daniel Chain, se le detectara la influenza A, mientras que su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, “está enfermo y debe esperar los resultados de los exámenes para saber qué tipo de gripe es”, dijo Macri.
“Hay que mantener la tranquilidad; le decimos a la gente que trate de quedarse en sus casas, le recomendamos no salir. Estamos haciendo lo necesario para controlar el virus”, dijo Macri en una conferencia de prensa.
Horas más tarde, se sumó a la medida la provincia de Buenos Aires, y los ministros de ambos gobiernos presentaron un programa conjunto de emergencia. “Ya son 29 los muertos en el territorio de la provincia; hay que tomar medidas de contención pero sin asustar”, dijo el ministro de Salud provincial Claudio Zin.
Con las existencias agotadas de medicamentos antigripales, tanto el funcionario Zin como su colega porteño, Jorge Lemus, coincidieron en que no hay que alarmar a la población, y aclararon que por el momento “no consideramos necesario suspender las actividades con público”.
De hecho, el domingo la final del torneo local de futbol entre los equipos Vélez Sarsfield y el Huracán se jugará, inexplicablemente, con público y según Zin y Lemus “seguimos el ejemplo de México a través de un experto mexicano que está aquí colaborando con nosotros”.
Fuentes de la embajada mexicana en Buenos Aires aseguran “no conocer a ningún experto mexicano que esté trabajando con los gobiernos de Buenos Aires y el bonaerense. Al menos no pasó por la embajada”.
La polémica por la forma en que el gobierno enfrentó la epidemia, cobró una nueva dimensión ayer, cuando trascendió que la renunciante ministra de Salud, Graciela Ocaña, había propuesto “suspender las elecciones pero se encontró con el silencio de la presidenta que no quiso tomar una decisión política”, explicó uno de sus colaboradores.
Los reiterados pedidos para que el gobierno de Cristina Kirchner declarara la emergencia en todo el país habían caído en saco roto. El primero en declarar la emergencia fue el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, luego que a su ministro de Desarrollo, Daniel Chain, se le detectara la influenza A, mientras que su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, “está enfermo y debe esperar los resultados de los exámenes para saber qué tipo de gripe es”, dijo Macri.
“Hay que mantener la tranquilidad; le decimos a la gente que trate de quedarse en sus casas, le recomendamos no salir. Estamos haciendo lo necesario para controlar el virus”, dijo Macri en una conferencia de prensa.
Horas más tarde, se sumó a la medida la provincia de Buenos Aires, y los ministros de ambos gobiernos presentaron un programa conjunto de emergencia. “Ya son 29 los muertos en el territorio de la provincia; hay que tomar medidas de contención pero sin asustar”, dijo el ministro de Salud provincial Claudio Zin.
Con las existencias agotadas de medicamentos antigripales, tanto el funcionario Zin como su colega porteño, Jorge Lemus, coincidieron en que no hay que alarmar a la población, y aclararon que por el momento “no consideramos necesario suspender las actividades con público”.
De hecho, el domingo la final del torneo local de futbol entre los equipos Vélez Sarsfield y el Huracán se jugará, inexplicablemente, con público y según Zin y Lemus “seguimos el ejemplo de México a través de un experto mexicano que está aquí colaborando con nosotros”.
Fuentes de la embajada mexicana en Buenos Aires aseguran “no conocer a ningún experto mexicano que esté trabajando con los gobiernos de Buenos Aires y el bonaerense. Al menos no pasó por la embajada”.
La polémica por la forma en que el gobierno enfrentó la epidemia, cobró una nueva dimensión ayer, cuando trascendió que la renunciante ministra de Salud, Graciela Ocaña, había propuesto “suspender las elecciones pero se encontró con el silencio de la presidenta que no quiso tomar una decisión política”, explicó uno de sus colaboradores.
POR : Zapata Calva Katy
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